Federico Chiesa vive sus horas más difíciles en la Juventus. A solo un día del inicio de la Serie A, el extremo italiano ha sido apartado del equipo, entrenando al margen junto a otros jugadores que no cuentan para el técnico Thiago Motta. Esta decisión pone al internacional italiano en una situación complicada, ya que su futuro en el club parece cada vez más incierto.
Thiago Motta, quien asumió la dirección del equipo con la misión de renovar la plantilla, fue claro desde el comienzo de la pretemporada: Chiesa no entra en sus planes. A pesar de tener contrato hasta 2025, la Juventus busca venderlo antes de que pueda irse gratis, algo que podría ocurrir si no se concreta una salida antes del próximo verano.
La Roma emerge como una opción viable, pero la falta de Liga de Campeones es un obstáculo para el jugador. Mientras tanto, Chiesa deberá observar desde la grada cómo se desarrolla el arranque de la temporada, esperando que su situación se resuelva pronto. El tiempo corre, y tanto el jugador como el club necesitan encontrar una solución rápidamente.
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