La selección sufrió un duro revés en su debut ante Australia, lo que obliga a una victoria aún más complicada para estar en cuartos de final.
Día uno después de la decepción. La selección española de baloncesto tocó tierra, enfrentándose a la realidad tras caer contundentemente por 92-80 ante la sólida Australia en su estreno en los Juegos Olímpicos de París 2024. Hubo momentos de esperanza, impulsados por un Santi Aldama confirmado como estrella del equipo y Sergio Llull. Pero no fue suficiente. “Sin jugar los 40 minutos todos al máximo no nos bastará”, comentó el canario al finalizar el partido.
La frustración es comprensible. España llegó a meterse de lleno en el partido y dominar en el tercer cuarto. Pero recibió golpes, perdió el rumbo en los tableros. Los 46-33 en capturas fueron un golpe letal para las aspiraciones de la selección. A esto se sumó la intensidad del rival, algo que muchos señalaron desde la televisión, y que Scariolo justificó con la diferencia física. “Tienen ocho jugadores de la NBA. Con físico de la NBA. Y eso marca la diferencia porque pueden defender de forma constante y con mucha intensidad”, explicó el italiano.
La reacción tiene que ser total. Aunque hay aspectos que invitan al optimismo. “Nos faltó esfuerzo”, repitió el seleccionador nacional. Es el toque de atención necesario, porque España volverá a la cancha y debería mejorar su propuesta. También se espera la reaparición de Lorenzo Brown, que no suele repetir malos partidos. Y Aldama, líder absoluto. “Fuimos blandos. Y reaccionamos. Pero si jugamos a reaccionar siempre será complicado ganar partidos”, añadió el canario.
El resultado lleva a un todo o nada: Grecia o Canadá. Es pronto para hacer cuentas, pero con una victoria se puede conseguir el billete a París. Ser uno de los mejores terceros es una posibilidad. Pero hay que ganar uno. “Son finales todos los partidos”, recalcó Scariolo en la previa. Más que nunca, porque se enfrentan a la amenaza de las estrellas.
La primera es Giannis Antetokounmpo, líder de Grecia. Anotó 34 puntos, con cinco rebotes y dos asistencias, a Canadá. Se quedó cerca (a siete) de la temible medalla de bronce mundial. Su juego es inalcanzable, pero España ya le ha ahogado en el pasado. Como aquella defensa de Claver, precisamente, en el EuroBasket de Lille.
La última bala sería Canadá. Podría llegar clasificada y con el trabajo hecho, cosa que dejaría a España alguna opción de creer en cierta relajación. Pero es, por otra parte, la alternativa a Estados Unidos. Shai es su líder y mató a Grecia encadenando buenas decisiones. Se enfrentó a España en el último Mundial y ya sabemos la historia. Todo o nada.
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