Aunque su incorporación sigue siendo extremadamente complicada en la actualidad, en el Metropolitano esperan con optimismo debido a los pequeños ‘progresos’: la insistencia del jugador y la puerta entreabierta que deja el City.
Cuando MARCA reveló el pasado 4 de junio que Julián Álvarez era el gran deseo del Atlético para convertirse en el fichaje estrella de este mercado, la contratación parecía prácticamente una quimera. Con un valor muy por encima de las capacidades del club y con el Manchester City sin intención alguna de desprenderse de su jugador número 12, sabían en el Metropolitano que si existía alguna mínima posibilidad de cumplir su sueño, habría que esperar un cambio completo en la situación, posiblemente en los últimos instantes del mercado. Sin embargo, durante el proceso, se han observado pequeños pero cruciales avances que permiten mantener la esperanza.
Con el Atlético enfrentando grandes dificultades para concretar sus principales objetivos (solo ha anunciado a Le Normand, mientras trabaja en los fichajes de Hancko y Sorloth y espera que Mikel Merino se decida a su favor, con Gallagher como alternativa), la llegada de Julián Álvarez se presenta aún más complicada, tanto por el valor del futbolista como por la dificultad de arrebatarle un jugador a un gigante de Europa como el City. Sin embargo, mientras haya posibilidades de soñar, habrá esperanza.
En este sentido, aunque la operación aún se encuentra en una fase muy inicial, cada paso que debe darse, por pequeño que parezca, antes de que el Atlético pueda acercarse a Julián Álvarez, se está dando. Primero fue la receptividad del argentino desde que comenzó a recibir interés por parte del club rojiblanco, luego su convencimiento de que no quería seguir a la sombra de Haaland, y después sus declaraciones dejando en el aire su futuro y ‘alimentando’ la posibilidad de un adiós al City. Lo más reciente han sido las palabras de Guardiola sin cerrarle las puertas…
Un panorama cambiante
Precisamente, la postura del entrenador catalán constituye otro rayo de esperanza en el Metropolitano. Lejos de sumarse a la negativa inicial del City, que consideraba intransferible al campeón del mundo con Argentina, Guardiola no se muestra tan firme como, por ejemplo, en el caso de un pilar como De Bruyne. En este sentido, al técnico no le gusta tener a jugadores descontentos en su plantel, por lo que, conocida la disconformidad de Julián Álvarez con su rol en el equipo, no se cierra a encontrar una solución.
Eso sí, la apertura para discutir el futuro de Julián no significa que el City vaya a dejarlo ir con facilidad, pero al menos permite que el sueño se mantenga vivo. De hecho, si se fijara un precio de salida, este no sería menor del que ahora limita las operaciones rojiblancas, por lo que aún habría que seguir avanzando (ayudaría que el campeón de la Premier se reforzara en el ataque, que el delantero siga insistiendo o que el tiempo se agote) y buscando fórmulas (desde una cesión con opción de compra obligatoria, a una venta a plazos o cualquier otra vía similar) que posibilitaran la hazaña. Algo parecido a lo ocurrido con Griezmann, cuando tras todo un verano deseando su regreso y viendo que no era posible, todo se aceleraría en cuestión de horas en el último día del mercado.
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