La Champions League, la joya de la corona del fútbol europeo, no solo estrenará formato en la temporada 24/25, sino también una renovada versión de su icónico himno. Aprovechando la última ronda previa de clasificación, los estadios del Young Boys, Dinamo de Kiev, Malmö y Midtjylland han sido los primeros en escuchar la melodía que, en teoría, debería encender la pasión de jugadores y aficionados cuando los equipos salten al césped. Sin embargo, la reacción en redes sociales ha sido rápida y contundente: el cambio no ha sido bien recibido.
Aunque los ajustes en la nueva versión del himno son sutiles, centrados en algunos acordes y un ritmo ligeramente más rápido, la mayoría de los aficionados ha expresado su descontento. La letra, cantada en tres idiomas, sigue intacta, pero el alma de la melodía, que se había convertido en un símbolo mundialmente reconocible, parece haberse perdido para muchos.
Las críticas no solo se dirigen a la nueva versión del himno, sino que también reflejan una resistencia al cambio en una competición que, para muchos, ya era perfecta tal como estaba. La UEFA, con esta apuesta por la innovación, ha generado un debate entre tradición y modernidad, que seguramente seguirá dando que hablar en las próximas semanas.
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